lunes, 26 de diciembre de 2011

PRIMERA ENTREGA (2 de Noviembre)

Al ir conociendo poco a poco la estatua de Jorge Oteiza, “Homenaje a Mallarmé”, uno se da cuenta que las variaciones que sufre la pieza a partir de su estado original, muy rara vez mejoran el aspecto inicial de esta. Por ello si se quiere modificar la pieza , y que esta quede dentro de unos parámetros visuales adecuados, siempre las modificaciones han de ser de tipo “oteiciano”  , es decir, las variaciones realizadas en  la pieza han de parecerse a una serie de elementos “oteicianos” característicos. Además para que las conexiones entre las piezas funcionen, están han de” dialogar” entre ellas, encontrando un elemento fijo que  relacione unas con otras.
En el caso de la variación exterior e interior de la pieza, tomé como elemento común para dialogar, el descansillo tensionado. Como uno de los objetivos de esta entrega era la aproximación a la arquitectura a partir de la pieza de Oteiza, creí oportuno hacer una envolvente, de forma que la pieza quedaba parcialmente techada y protegida por las paredes de este involucro externo.
A la hora de hacer arquitectura “habitable” hay que cerrar huecos y espacios, es decir, poner techo, paredes… pero en esta pieza hay que tener bastante cuidado puesto que lo que caracteriza a dicha obra es la desocupación  del espacio, de forma que la envolvente exterior no puede cubrir  todo, sino solamente debe insinuarlo claramente para que el espectador mentalmente recorra el espacio y lo rellene.
Una vez decidida la envoltura externa, me pareció que cualquier otra operación aditiva en la pieza la estropearía. Sin embargo tal y como indica el enunciado era necesario incluir una pieza interior. Me decidí por una estructura ligera y aparentemente sencilla, pero que se encuentra elevada del nivel inferior por una especie de “voladizo”. Esta pieza no está techada, sin embargo al visualizarla, el elemento dialogador del que antes he hablado hace que esta parezca la continuación de este reposo.
En cuanto a la pieza compuesta por una matriz cúbica, me decidí a conformar la nueva pieza añadiendo a la original dos “Homenajes a Mallarmé” más,  de forma que esta queda compuesta por tres piezas iniciales.
En esta ocasión  decidí que una buena forma, tanto arquitectónica como visual, de conjuntar las tres piezas sería encajándolas unas con otras. Para ello tuve pues que suprimir quizá uno de los elementos característicos de la obra, el descansillo tensionado y su pieza adjunta  apoyada, quedando definida la pieza por los espacios existentes en la inicial que ahora están modificados por el encaje de las nuevas piezas.











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